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NIAGARA

 

 

 

 

 

 

 

 

Gran película, en mi opinión bastante infravalorada, ya que en ningún libro o documental sobre cine se la suele mencionar y eso me parece injusto porque es una película bastante impresionante. Su mayor atractivo sin lugar a dudas es Marilyn Monroe desbordando sensualidad allá donde su presencia se hace notoria y lo cierto es que, aunque su personaje sea en gran parte el desencadenante de toda la acción, no pasa de ser una participación bastante secundaria en líneas generales siendo la joven Joan Peters la protagonista principal del film. Pero bueno, Marilyn era Marilyn y comparada con otros de los actores está claro que su imagen de cara al público vendía más. Pero aparte de la presencia del mito la película tiene grandes atractivos, una buena trama, una historia intrigante, una realización excepcional, una fotografía colorista preciosa, unos buenos efectos especiales.. teniendo en cuenta el año de su producción.. genial banda sonora... un conjunto de aspectos que desde mi punto de vista la convierten en una obra maestra que injustamente ha pasado más desapercibida que otros films de la época a los que se ha coronado como joyas del cine, por ejemplo "La tentación vive arriba" y "Desayuno con diamantes". En definitiva, un gran film con una historia buena, en mi opinión la mejor película en la que Marilyn Monroe está mas seductora….brutalmente sexual en grado sumo...

 

-Hermosísima, bellísima, sólo una mujer como ella puede ponerse vestidos como esos. Creo que no existe un adjetivo para definirla… No seria feliz; tal vez su ambición la pierde pero nunca podría haberme imaginado que ella estuviera en este melodrama tan impactante-.

 

 

Un matrimonio joven y enamorado va a las cataratas del Niágara, esperando disfrutar de las vacaciones. Pero las cosas se tuercen, y no porque tengan una crisis de pareja. Qué bien Joseph Cotten de marido atormentado. Y qué sensación de peligro provoca sin decir nada, en ese plano en que aparece a lo lejos. Qué suspense hay en la secuencia de la persecución de Cotten a la Monroe, y también en la de la embarcación que se acerca al precipicio. No sólo Hitchcock sabía crearlo. El personaje de Marilyn se parece a las cataratas. Seres muy bellos, pero cuidado con acercarte demasiado. Es inusual ver a Marilyn hacer el papel de mujer fatal, fría y calculadora y todo ello magníficamente interpretado. Sorprende que después de haberla visto mil veces en su típico papel, en este film es todo lo contrario y realmente funciona.

 

 

 

 

A destacar:

 

- El paisaje, La imágenes de las cataratas son... mejor verlo que explicarlo.

- Esa Marilyn cantando a susurros, pura Marilyn al cien por cien.

- El punto de partida de la trama, es muy atrayente.

- Conseguir una auténtica mujer fatal sin tener que quitarse nada...hoy no es muy común.

- Y genial Cotten en su papel.

 

Niágara" ha sido definida como un tórrido melodrama pasional. Catapultó al estrellato a Marilyn Monroe, quien aparece en esta película extraordinariamente bella y provocativa, especialmente en la escena en la que baila y se contonea con un ajustado vestido rojo. El impacto que causó la sensualidad de Marilyn en "Niágara  fué tal, que cierta revista, señaló, que en este filme había dos obras maestras de la naturaleza: las cataratas del Niágara y la Monroe. La película fué producida por Charles Brackett y el guión escrito por dos antiguos socios de Billy Wilder. Walter Reisch y Richard Breen. El realizador Henry Hathaway se mostró satisfecho con el resultado final de la película, si bien señaló que quizás hubiera logrado una película de mayor calidad con James Mason en el papel de marido burlado.

 

 

Polly y Ray Cutler llegan a las famosas cataratas del Niágara en viaje de novios. Allí conocen a otra pareja, formada por Rose (Marilyn Monroe) y Geroge Loomis (Joseph Cotten). Esta última forma un matrimonio singular, ya que mientras ella posee una tremenda sensualidad, él, de edad algo avanzada, ha pasado una larga temporada en un hospital de veteranos de guerra. Durante una fiesta Rose es sorprendida por Polly en brazos de un joven.... Estos planean asesinar a George y realizar las acciones necesarias para que la muerte de éste parezca un suicidio. Film realizado por Henry Hathaway... Se rueda entre junio y julio de 1952 en las cataratas del Niágara y alrededores (territorio de Canadá) y en el plató nº 5 de Fox Studios, con un presupuesto de 1.250.000 USD y se estrenó el 21-I-1953 en Nueva York.

 

 

La narración sirve en gran medida a los contrastes que dan relieve y vistosidad al relato, como la belleza de las dos protagonistas, sus concepciones de la feminidad y su papel en la vida, sus gustos en el vestir y su manera de relacionarse con los hombres o las personas del entorno. Una es generosa, atenta y servicial, frente a la otra que es presumida y dada a llamar la atención exhibiendo sensualidad y una desbordante belleza. Contrastan también las dos parejas jóvenes, que encarnan, respectivamente, la felicidad y la infelicidad, la armonía y la disputa, el enamoramiento y el desamor. Los dos maridos representan papeles opuestos: mientas uno triunfa en su trabajo profesional, el otro acumula fracasos profesionales en cadena, etc. Por lo demás, el film hace un uso inteligente y convincente de los símbolos, los paralelismos y las semejanzas. En este sentido complementa y amplía el inmenso atractivo de Marilyn enmarcándolo en el paisaje inmenso y monumental del lugar. Potencia la sensualidad de la actriz poniéndola en relación con las imágenes repetidas de las aguas que se desbordan para precipitarse en el abismo. Poco antes ha comparado la manera de ser de Polly con las aguas tranquilas y quietas, casi inmóviles, que hay río arriba. En pocas ocasiones se ha dado en cine una interrelación tan lograda y coherente de paisaje y argumento. Posiblemente decir esto es un tópico, pero es tan cierto que no se puede dejar de decir. La historia es sencilla, aporta pocas sorpresas y se sigue con facilidad. Funciona como un cuento o un asequible relato policíaco. Acota muy bien sus dimensiones, sus focos de atención, los ritmos y los medios expresivos, como corresponde a la acreditada maestría de Brackett. Otorga mayor capacidad expresiva a la sugerencia y a la insinuación, que a la representación explícita. De ahí la importancia de que el espectador preste atención a los detalles, como la afición de George a montar modelos de coches antiguos a escala, hecho que apunta hacia los intereses del personaje situados fuera de la realidad y de su tiempo. La procedencia de los Catler, de Ohio y Seatle, respectivamente, confiere a la pareja que forman una representatividad genérica que no se daría si ambos fueran de una misma región o de regiones muy próximas. Subraya el verismo del relato, dándole un cierto aire documental. Se hace eco del hábito del cine de entonces de incluir referencias cultas, que en este caso son históricas: la fecha de construcción del puente de obra y el nombre de la batalla que marcó los límites de la frontera actual del lugar.

 

 

La banda sonora, de Sol Kaplan, crea una partitura de acompañamiento de carácter dramático, que contribuye a esa atmósfera de intriga, tensión y temor del film. Añade la canción “Kiss”, que interpreta Marilyn con una fuerte carga de sensualidad. La fotografía, de Joseph MacDonald, en color (technicolor), es espléndida. Confiere a la cinta un cromatismo muy diferente del cine negro, pero a todas luces acertado. Se sirve de sombras para explicar la inquietud e incertidumbre de los personajes. Presenta planos picados antológicos en varias escenas singulares. El aire brumoso que llena el escenario de las cataratas refuerza visualmente la atmósfera del film...y plasmar una película de infelidades, celos y crimen. Recuerdo haberla visto hace años y al verla por segunda vez, dos cosas fueron inmediamente rescatadas del olvido temporal: por una parte, el marco de las cataratas del Niágara, explosiva belleza natural que la película resalta en un deslumbrante color, y que ya por los años sesenta estaba convenientemente acomodada para mayor gloria del turismo mundial; y por otra parte, la imagen no menos radiante de una Monroe en pleno éxtasis de gloria y triunfo. Pienso que si este producto es una obra maestra lo habría revivido mucho antes, para encontrar mas aromas. Pero no deja de ser una película importante y con pocas sorpresas narrativas, digna de volver a ver por los amantes del viejo y glorioso Hollywood. He aquí una película que nos muestra las grandes condiciones de actriz que poseía la eterna Marilyn. Entremezcla drama e intriga de manera tan bien lograda que en ningún momento deja de sorprendernos y su metraje de nos hace corto.

 

 

 

 

Esta película, sumada a la visita de Marilyn a Corea, transformaron a la actriz en el mayor ícono del cine de todos los tiempos. Bajo la dirección de Henry Hathaway, la historia consigue realmente atraer toda nuestra atención desde principios a fin. Hathaway hace la toma posterior mas extensa de una actriz en la historia del cine, con Marilyn alejándose, caminando con sensual contorneo. Es una buena cinta de suspense, con toques de drama, bella tomas de las cataratas y  por supuesto: Marilyn... !!ÚNICA !!. Uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la primera planta hidroeléctrica, fue en las cataratas del Niágara en 1895 y uno de los mejores físicos y talentos del último siglo puso en la Historia la película Niágara, fue en 1953. El primero fue el inspirado ingeniero, inventor y visionario Nikola Tesla y la segunda fue la genial actriz Marilyn Monroe causante de no cansarse de volver a ver esta película que gana con el tiempo. Las cataratas que, en la película, funcionan como símbolo de la pasión descontrolada, en su simple contemplación, si tienes la sensibilidad suficiente, te puedes quedar helado, cosa que, por cierto, sucede en las propias cataratas dos o tres veces al siglo. No es el caso de esta película, en la que Marilyn Monroe, otro indiscutible portento de la naturaleza, podría derretir ese hielo si fuera preciso. En efecto, Marilyn Monroe, 27 años por entonces, impactó y no solo a los cinéfilos, concretamente, su segunda aparición en la película, presentada en silueta y media en la crepuscular habitación para luego inclinarse hacia la luz.

 

 

Para domar la corriente del Niagara se construyó el Spanish Aerocar en 1916, diseñado por Leonardo Torres Quevedo y construido por una empresa con capital español que. es un funicular aéreo que une los casi 600 metros que separan dos orillas canadiense del río Niágara a unos 4 kilómetros al norte de la catarata principal...esta estructura se puede observar en la película... En cambio, para domar la dependencia obsesiva, criminal y bipolar de Joseph Cotten con Marilyn Monroe no basta Jean Peters, ni siquiera su relación insinuada que actuará como redención final sobre aguas descontroladas. Es curioso cómo, al igual que la caída del agua de las cataratas, Marilyn Monroe también se desmaye y aparezca en posición vertical tantas veces en la película, inolvidable aquella en la que está en el Hospital y escucha su canción en las campanas de la iglesia, ese campanario que remite a los mitómanos a “Vértigo” de Hitchcock. Con esta película las cataratas superan su auténtica prueba de fuego al resistir, con dificultades eso sí, las comparaciones con otra de las maravillas del mundo: Marilyn Monroe. Y es que mujeres hay muchas; incautas, femeninas, sugerentes, atrevidas, graciosas y hasta guerreras, pero la Marilyn de Niágara es la mujer en plenitud, la que se sabe bella y gusta que los demás la contemplen, la de los labios rojos y la de los vestidos apretados, la de las curvas incontenibles, la del bamboleo sobre tacones, la de las sabanas, acariciando su cuerpo desnudo… Como dice Joseph Cotten “la de los grandes escotes que enseñan hasta las piernas”. Esa es la Marilyn de Niágara. Bueno, quien es capaz de olvidar una mujer así. eso amigos, es materialmente imposible o esperen que recuerde…

 

 

Henry Hathaway sabe dirigir con pulso firme un film donde dos estrellas rivalizan por captar la mirada del espectador. Marylin y las cataratas son el punto de atención de un film que hubiese podido ser filmado por el mismísimo Hitchcock y que tiene todos los ingredientes del cine del mago del suspense, aunque él dotaba a sus películas de un elemento diferencial y sorpresivo que tal vez aquí se eche de menos. Ciertamente la trama y el desenlace resultan algo predecibles. Estamos ante un notable film de intriga y suspense. La fotografía resulta lo mejor de la película. Los susurros cantarines de la diva están bien pero el film no es especialmente identificable por su banda sonora. Por lo que hace a la actuación de Cotten de excelente, en un personaje con evidentes desequilibrios mentales. Interesante también el papel de Jean Peters, actriz que luce su palmito destacable entre tan dura competencia. La escena de la fotografía en bañador, de perfil y tomando aire, todo un lujo para la vista, aunque olvidarse de sus dotes artísticas sería imperdonable. Resumiendo, Niágara es una película de visión obligada. Todo invita a ello. Y es además una buena forma de hacer turismo, algo más económica y con muy buena compañía. Eso sí, procuren llenar bien los depósitos de combustible. Es interesante por el simple hecho de ser un clásico con renombre que siempre garantiza un mínimo de calidad. Marilyn está perfecta en su papel de mujer fatal ... La otra actriz me parece que resiste bien la exuberancia de la Monroe, pero con la debida distancia. Por lo demás el argumento engancha y entretiene. Preciosos zapatos los que lleva en «Niágara» Marilyn, especialmente irresistible en esta ocasión...nos muestra: labios rojos, ojos azules, vestido fucsia y zapatos de tacón atados al tobillo, lo más favorecedor que puede llevar una mujer. Su presencia es sensualidad pura, y su personalidad marcada y fuerte. 

 

 

A comienzos de 1953, el agente de Marilyn negocia su salario con los ejecutivos de la Fox y consigue aumentarlo a 1.200 dólares semanales. Sin embargo, este año es importante en la carrera de la actriz porque fue, al fin, el de su lanzamiento. Niágara” será el film que la consagre a escala mundial. Rodado en color y con todo lujo de medios,  Marilyn fue la principal beneficiaria de toda la operación. Vestida con un traje rojo muy ceñido y caminando siempre sobre unos tacones altísimos que acentuaban el movimiento de sus caderas, Marilyn llevaba hasta sus últimas consecuencias, alcanzando un clamoroso éxito popular. Como decía el New York Times: “Ignorando obviamente que las maravillas del mundo son siete, la Fox ha descubierto dos más y las ha realzado con el tecnicolor…, haciendo uso tanto de la magnificencia de las cataratas y áreas adyacentes, como la propia magnificencia de Marilyn Monroe”. El impacto de la película fue tal que hizo exclamar al perspicaz André Bazin: “Después de la guerra, el erotismo cinematográfico se desplazó del muslo al seno. Marilyn Monroe lo ha hecho descender entre los dos”. Argumentos parecidos festejaron en todo el mundo la inquietante animalidad de la que en seguida se convertiría en el nuevo arquetipo erótico de los años cincuenta. El co guionista de Billy Wilder, Charles Brackett, produce y escribe Niágara, una hermosísima película de Cine Negro huyendo de los ambientes característicos, paisajes urbanos y clubes musicales, para situar en plena naturaleza salvaje este drama apasionado, de relaciones resquebrajándose a golpe de celos. Celos que destruyen una relación. La película comienza con una impresionante vista panorámica sobre las cataratas, su lado más bello, el canadiense. Una gran masa de agua y un ruido atronador dominan el plano. Un insignificante ser humano se aproxima, inconsciente de cuál será su destino. La voz en off, recurso habitual del cine negro, rompe el fragor de las cataratas para situarnos cerca de Joseph Cotten, en el papel del atormentado George Loomis. Seguimos al desgraciado Loomis, vagando de madrugada por las solitarias cataratas hasta encontrar al motivo de su desvelo, una arrebatadora Marilyn Monroe en el personaje de su esposa, Rose, iluminada arrebatadora e inmejorablemente por Joe Mac Donald..... Rose, envuelta en una sábana, finge dormir, aunque el cigarrillo aún siga caliente...

 

 

 

Esta película es tan de Hathaway como de Marilyn Monroe, al menos desde el punto de vista del sistema de Hollywood; al director le cabe en todo caso, el honor de haber puesto a la actriz en la rampa de salida hacia el estrellato, por mucho que fueran Billy Wilder, Howard Hawks y John Huston los encargados de mostrar la consagración como mito del siglo XX. Hathaway quería a James Mason para encarnar al obsesivo esposo de Rose, pero declinó la oferta y sobre Jean Peters, que interpreta a una joven que acude a Niagara Falls para disfrutar de una tardía luna de miel con su esposo y se ve implicada en el turbio mundo del matrimonio Loomis, el cineasta no pudo ser más explícito: “A Jean Peters le traía todo sin cuidado. ¡Tenía a Howard Hugues!.  “Niágara” proporciona algunos detalles dignos de mención. Uno reside en la inteligente utilización del propio escenario como elemento físico determinante. Las cataratas marcan la pauta de los personajes y además funcionan como símbolo natural de pasión y muerte, el film es mejor cuando sugiere que cuando muestra. Sin duda alguna esta película es una de las más importantes de la filmografía de Marilyn Monroe, ya que fue la película que la consagró como la mayor estrella de la twenty century fox. Con 26 años Marilyn protagonizó esta soberbia película de cine negro y el de la protagonista, el más destacado, sin duda una de las femmes fatales más recordadas de la historia del cine. No se puede olvidar la deslumbrante sensualidad que desprende Marilyn Monroe,  caminando.

Recomendable para los amantes del cine clásico, del cine negro y de una irrepetible Marilyn.

 

Creo, que es la película donde Marilyn sale más atractiva. Pero hay que valorar al mito en uno de sus mejores papeles. Es un rol dramático, para que le pese a todos aquellos que durante años la han encasillado como actriz cómica de mujeres superficiales y arribistas. Bueno, y qué le vamos a hacer, ése tipo de papeles lo hacía a la perfección y le dieron más fama. Pero Marilyn se lucía en papeles serios porque tenía talento y capacidad de hacerlos, como lo demostró en VIDAS REBELDES, ciertamente, pero en éste, de mujer de sensualidad infinita hasta en su forma de caminar, Marilyn comprobó lo grande que era. Tanto, que la fuerza del film brilla cuando ella aparece en escena…. Marilyn era única. Ella le daba la fuerza necesaria para que Niàgara no quede en el olvido. Y si a eso le añadimos una imagen limpia, con colores vivaces, con fotografía y planos cuidadosos, mas las famosas cataratas como personaje singular. Niágara hay que tomarla como un buen ejercicio para ver desenvolverse a Marilyn en otro tipo de papel y a fe que lo consigue con creces. Hathaway lo quiso mostrar en pantalla. No sé si sería su intención. Pero le salió extraordinariamente bien. La considero un notable film de intriga y suspense que mantiene eficazmente el tipo y que gustará a los seguidores del género. Recomendable por su dirección, guión, fotografía, música, montaje, planos, vestuarios y narrativa que convierten a Niágara, en un film digno de visión que no dejará a nadie indiferente. Para llegar a ser su protagonista, Marilyn Monroe debió pasar antes por varias apariciones como extra (“Scudda Hoo, Scudda Hey!”, “Dangerous years” …), pequeñas apariciones en títulos tan importantes como “The asphalt jungle”, “All about Eve” o “Clash by night”… y cuando muchos pensaban que, al lado de experimentados actores, la rubia iba a lucir un tanto desabrida… ¡Sorpresa!... Con su coquetería, con esa cara maravillosa y con ese cuerpo que, entre las sábanas, sugería una desnudez provocativa, nos puso a soñar con ella y, definitivamente, se convirtió en el personaje más importante de la película, y sigue viva entre los que la amábamos.

 

 

Por cosas como éstas es que siento,  que los feminicidios deberían ser analizados con mayor profundidad, para que no caigamos en la generalizada y temeraria categorización de victimarios y víctimas, porque, hay numerosos casos en que puede demostrarse que, ambos, son una cosa y la otra, en muchos casos, la responsabilidad no es tan simple ponerla de un solo lado.

 

 “Yo te quería Rose, y tú lo sabes”

 

Tras la primera y única muerte cinematográfica de Marilyn Monroe, suena tan sincero y tiene tanto peso que, fíjense bien, como nos quita, de inmediato, la posibilidad de asumir sentimientos de condena...

Marilyn es inmortal, el mito y un nombre que con letras de oro, nos espera radiante en el:

 CREPÚSCULO DE LOS DIOSES..

 

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