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LOS TRES MOSQUETEROS

 

 

 

 

 

 

Alejandro Dumas es una fuente imparable para el séptimo arte. Su novela Les trois mousquetaires es una de las que más versiones conoce, como esta superproducción de la Metro, muy próxima a la idea y al sentido del original, fiel en cuanto a las tramas fundamentales, aunque haga hincapié en el espectáculo hollywoodiano basado en trepidantes escenas de acción sin renunciar al humor...Lo que convierte a esta versión en una aventura cinematográfica de quilates es su sentido cinematográfico de acción y tiempo. Sin escenas superfluas, con planos que muestran sin tapujos las coreografías (como la excelente lucha entre D’Artagnan y Jussac), y con un montaje en el que prevalece la cohesión temporal y el equilibrio entre planos, así se logra una unidad en la narración que enaltece el ritmo de la película. Logros cinematográficos que no se ven mermados por detalles como que en los planos medios los protagonistas monten caballos de tío vivo o que estos siempre introduzcan la espada entre el tronco y un brazo de sus rivales para darles muerte. George Sidney es conocido por sus films de capa y espada y por sacar a las actrices muy bellas, como aquí hace con la malvada Lana Turner y con la mismísima reina, interpretada por la genial Angela Lansbury. La historia, es un derroche de acción y ritmo sobre todo en la parte donde D´Artagan tiene que viajar a Londres para recuperar las joyas de la reina que regaló a su amante, así como el principio en el cual conoce a los tres mosqueteros e incluso intenta batirse en duelo con los tres a la vez. Pero el mayor acierto fue dar el papel protagonista a Gene Kelly,¿Qué pasaría sí se uniese al mejor espadachín con el mejor bailarín? Pues que tendríamos puro espectáculo, como lo tenemos en este brillante film, donde todas y cada una de las escenas de lucha y esgrima parecen auténticos números musicales de baile, coreografiados por el mismo Gene Kelly, para vivir una de las más grandes aventuras que ha dado el cine.

 

 

 

 

La primera lucha de D´artagnan con los mosqueteros y algunos acertados toques de comedia. El dramatismo de la última parte choca con el tono colorista, de aventura y comedia de la primera parte. Poética, romántica, escalofriante, aventurera; así es la trama de esta película en la que su director logra entremezclar de manera exquisita todos los ingredientes fílmicos para convertirla en una gran obra, sin género definido, entre la comedia y el musical, entre el romance y el suspenso sin decantarse por ninguno pero usando un poco de todos. El director George Sidney, sabe transmitir una inmensa energía a las escenas de lucha (años más tarde volvería al género de capa y espada con la maravillosa Scaramouche). Impresionantes e inigualables son las coreografías de Gene Kelly como D`Artagnan. Uno de los grandes bailarines de Hollywood. Su enorme agilidad y destreza se combinan en perfecta simbiosis con su interpretación, un joven dispuesto a comerse el mundo, dando como resultado el perfecto paradigma de la juventud. Athos, encarnado por un fantástico Van Heflin, es todo lo contrario, o quizás se podría considerar un punto de vista muy divergente. Cínico, siempre vaciando su jarra para llenar con vino su espíritu apesadumbrado y, al mismo tiempo, mucho más sabio y experto. Pero, por mucho que lo desee, no puede evitar a D`Artagnan el dolor. Athos no es sino un reflejo futuro de D`Artagnan. Cabe destacar el gran cuidado del ritmo, la historia, la acción, que dejan en pañales a muchas cintas actuales, más preocupadas en crear espectáculos pirotécnicos que se engullen sin llegar a saborear, donde todo se pretende hacer más fuerte, más rápido pero olvidando muchas veces la calidad del propio filme. Y eso sin mencionar las interpretaciones, carentes de personalidad, eminentemente visuales, más propias de un video clip. Los tres mosqueteros, de George Sidney, nos devuelve a una época dorada del cine donde la fama, el físico y las campañas de publicidad solían ir acompañadas de talento y mucho trabajo.

 

 

Tragicomedia de aventuras completamente recomendable para fans de todo tipo de géneros...Grande la frase de Athos cuando se dirige Lady de Winter, "te quiero como quiero a las guerras, como quiero a las borracheras, como todo hombre quiere aquello que es nefasto para él".

 

 

 

Suntuosa producción repleta de colorido que opta acertadamente por respetar la línea argumental principal y la personalidad de los protagonistas. La primera parte tiene un ritmo endiabladamente vivo. Los diálogos fluyen y es sorprendente la claridad con que se entiende y poco a poco el dramatismo va llenando la historia, como en la novela. Pero los cineastas llevaron al extremo las palabras de Dumas que describían el estilo de lucha de D'Artagnan como "ágil y saltarín; alejándose a cada instante de las reglas establecidas" y en su lamentable traducción particular entendieron "acróbata". Todos sabemos que así se entendía en Hollywood la aventura por aquella época, pero para mi ha quedado olvidado. De la misma manera, me parece que los actores más conocidos de este género enfatizaban demasiado. No obstante, las mujeres y Vincent Price hacen grandes trabajos. El mundo del mosquetero "dumasiano" a mí me gustaría verlo más oscuro, aunque ello supusiera romper con el espíritu aventurero de la novela, con la camaradería y la comicidad. La calidad de Los tres mosqueteros como producción de entretenimiento queda fuera de toda duda. Realizada con el inconfundible "look" de la Metro su solvencia es absoluta, a la hora de atrapar al espectador en una vorágine de aventuras palaciegas, duelos de espada, escarceos amorosos e intrigas políticas. Todo ello llevado con un ritmo frenético de la acción hacen de esta obra un deleite visual del que es difícil abstraerse. El texto de Dumas es toda una garantía porque un guión bien pulido ayuda a la causa con vigor e ingenio arrollador. El plantel de actores es inmejorable, magníficos Gene Kelly, Van Heflin, Vincent Price, y que añadir a la belleza de Lana Turner, su sola presencia llena la pantalla con ese aire que destila el aroma de la mujer fatal....Recomendable, como gran película que deleitara especialmente a los amantes del cine y a los nostálgicos del cine de la Metro de su época dorada.

 

 

 

Lo mejor de esta película es la evolución de la misma. Es muy complicado encontrar un producto donde en una misma historia asistamos a un musical, una película cercana al mago de Oz, a una aventura de western y lo que es mejor a unos momentos oscuros propios del cine de terror gótico completamente adulto, como las escenas finales de Lana Turner...que pocas veces salió tan guapa como aquí..., que son de lo mejor de toda la película. Me quito el sombrero por saber conjugar en dos horas momentos tan diametralmente distintos sin que se nota los cambios de tercio. Además es una manera de reivindicar el espíritu Dumas, que era un gran mezclador de estilos, que hace de sus novelas un viaje a la verdadera diversidad de emociones. Las coreografías de los duelos a espada son “puro cine” y el trabajo de Vincent Price como cardenal Richelieu memorable, son dos de los muchos puntos fuertes de este clásico de aventuras. Claro que nada es perfecto, y esta no es una excepción, por ejemplo Angela Lansbury  o un Gene Kelly que por momentos encajan a la perfección en sus personajes y en otros parece completamente difuminarse.

 

 

 

He visto muchas que tratan de adaptar con mejor o peor fortuna el clásico de Dumas LOS TRES MOSQUETEROS. La mayoría son perfectamente olvidables, alguna permanece amable en el recuerdo, pero hay una que es, sencillamente, inolvidable: "LOS TRES MOSQUETEROS" de Sidney, porque:

 

¿Cómo olvidar ese monumento superlativo al cine de acción, de aventuras y de capa y espada?

 

¿Acaso no cabe sino admirarse de la maestría de la coreografía de acción de las escenas de lucha hechas a mayor gloria de un Gene Kelly en estado de gracia en el papel de D'Artagnan?

 

¿Cabe olvidarse de ese magnífico Vincent Price como Richelieu o la belleza de Lana Turner?

 

¿No debemos pasmarnos ante decorados, el vestuario y los escenarios naturales, como ese maravilloso jardín en el que los mosqueteros tienen su primer encontronazo con los guardias del cardenal?

 

¿Y qué decir de cómo se plantea la evolución de la trama y los personajes, que se oscurecen y dramatizan conforme avanza la cinta, hasta el punto de que puede hablarse de dos películas en una?

 

¿Acaso no estamos ante una de las mejores adaptaciones jamás realizadas de una obra literaria?

 

 

 

 

Más de sesenta años han pasado, y ésta es sin duda la mejor adaptación cinematográfica de la novela, sin contar que las dos películas de Richard Lester, rodadas en los 70 y protagonizadas por Michael York, Faye Dunaway, Raquel Welch, Charlton Heston y Richard Chamberlain, entre otros, también son buenas, pero no tanto. Sólo hay que darse cuenta en lo bien dibujados que están los personajes de D'Artagnan y Milady de Winter gracias a dos interpretaciones para mitómanos y rememorar con nostalgia aquellos tiempos en los que había actores de verdad y además podían ser contratados a puñados para los filmes. Quizá las figuras de Porthos y Aramis queden desdibujadas por el protagonismo de Kelly y Turner, así como el papel de Constance (June Allyson). También el inmenso Richelieu que dibuja Vincent Price nos deja con ganas de volver a verle y no aparece a menudo. El tiempo no ha puesto fecha de caducidad a esta maravillosa película... Qué grande fue el cine, y qué grande podría llegar a serlo de nuevo.

 

 

 

Me rindo ante un largometraje que no te deja ni respirar, más allá de cualquier otro componente negativo, estos tres no paran desde el primer minuto y derrochan tanta virtud física y moral que es para quedar estupefacto. Cualquier cinéfilo ha de pasar por aquí sí o si, con independencia de los gustos, saber lo que fueron las grandes películas de capa y espada, con el sello de la MGM. Ya sabemos que la realidad histórica es otra, que nadie tenía la dentadura perfecta y que ese colorido es del todo improbable. Pero esto es cine, y ver a Kelly no tiene precio. A los cuatro además hay que sumarle unos cuantos personajes igual de atractivos, Vincent Price y Lana Turner brillando por encima de todos... qué espectáculo, qué maravilla.... Al ritmo acelerado se le suma un colorido único. y pese a que la película para algunos, dado su origen novelesco no es idéntico, por mi parte no hay queja alguna. Es una película redonda, espectáculo puro. Comedia, buen humor, aventuras, acción, romanticismo y coreografías únicas en un cine que sólo encontraremos mirando atrás. Setenta años ya desde esa época y sigue viva, muy viva... La Metro-Goldwyn-Mayer, con su gran holgura de medios y un gran reparto, nos regala un producto tremendamente atractivo y de una estructura casi episódica.

 

"Te amo como aman los hombres todo lo que es nefasto para ellos."

 

 

 

Entre los secundarios destaca un carismático Vincent Price, una poderosa presencia... que suelta la gran frase <El Estado Soy Yo>, un atormentado Van Heflin y sobre todo una malévola femme fatale, radiante de belleza y de villanía, espectacular. El guionista es Robert Ardrey que además de dramaturgo era antropólogo y licenciado en ciencias del comportamiento, sus radicales teorías darwinistas sobre la naturaleza violenta del ser humano ha influenciado a gente como Arthur C. Clarke, Stanley Kubrick o Sam Peckinpah, construye una historia que evoluciona de un tono alegre, vitalista y fresco poco a poco para tornarse una narración más tenebrosa. Es un clásico relato que nos habla de la valentía, el compañerismo, el honor, el amor, las maniobras por el poder, con una puesta en escena prodigiosa, el gran presupuesto utilizado brilla en los ampulosos decorados del más grande director artístico del cine, el dublinés Cedric Gibbons, un pomposo vestuario de Walter Plunkett que se exhibe sobremanera en Lana Turner, ataviada con deslumbrantes vestidos y aparatosos sombreros, embellecido todo por una colorida fotografía en technicolor de Robert H. Planck  y estos elementos envueltos en una deliciosa música de Herbert Stothart que versiona temas de Tchaikowski. Una notable obra de aventuras. La ambientación bien recreada. Las localizaciones perfectas. Las actuaciones correctas de todos los actores, no hay un pero. Algo que hace que esta película te pase en 5 min a pesar de durar más de dos horas...la gran comicidad, las escenas de acción clásicas. Los diálogos son profundos y nos dejan frases muy inteligentes y bien hiladas que en unos casos nos harán sonreír y en otros pensar. Los personajes no son planos, sino que cambian según avanza la historia siempre manteniendo su propia personalidad. Los duelos bien recreados, forman parte del espectáculo del film. Obra clásica de capa y espada, que forma parte indiscutiblemente de la colección de obras de culto, con solamente recordar el tramo inicial del viaje a París, llegada al cuartel de los mosqueteros, la cita para los duelos con cada uno y evidentemente la lucha con la guardia de Richelieu, todo magnífico sin ningún lugar a dudas.

 

 

La he visto varias veces y no me canso, con un reparto de las estrellas más fulgurantes de la época mitad del siglo XX. La interpretación de Gene Kelly, deja de entrever su agilidad física, adquirida de su verdadera profesión, bailarín, cantante, actor, un profesional que interpreta a Dartagnyan, con mucha naturalidad. Las maravillosas Lana Turner, June Allyson, Angela Lansbury, Van Helflin, i Vicent Price, todos ellos actores de aquella primera fila de la gran pantalla. Siempre vale la pena visionarla, es una película que no cansa. Todos conocemos la novela de Alejandro Dumas, de la cual se han hecho varias versiones, pero esta versión la he considerado la mejor. La película incluso pasados los años es muy digna y es como una pasarela de la interpretación. La escena en que Aramis (Van Helflin) estando ebrio por los efectos del vino y cuenta su melancólico pasado, el cual ve destrozado su matrimonio cuando era duque de Lefer. aun con su borrachera Aramis hace gala del saber interpretar a la perfección su papel. Y como no de la manera que se originan los duelos a muerte de Dartagnyan, y cada uno de los mosqueteros, AStos Portos y Aramis, cuando realmente se ven obligados a suspender los duelos a la llegada de la guardia del Cardenal. Cabe resaltar la interpretación de Vicent Price, con su sarcástica mirada. Mantiene una estructura narrativa similar a las películas musicales, donde las escenas de canto y baile son reemplazadas por las de duelos de espadas entre los mosqueteros y los agentes de Richelieu. En la primera parte predomina cierto tono de comedia, que va desapareciendo a medida que avanza la acción y la intriga, y su segunda parte, el drama sustituye a la comedia.

 

El guión respeta la novela y permite mantener la línea de acción e intriga propia de un film que es una delicia para todo mitómano, sumergiéndonos en una producción de las que ya no se hacen y que ha pasado a la historia como una obra maestra con todos los honores.

 

 !!!QUE GRANDE ES EL CINE!!!

 

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