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EL BUEN ALEMÁN

 

 

 

 

 

Un thriller espléndido, con una trama nada convencional. Pocos guiones han tenido la valentía de tratar con tanto realismo a los ganadores de la guerra mundial. Los enfoques maniqueos ocultan a menudo el crimen de los vencedores. Por otra parte, Soderbergh nos ofrece un merecido homenaje a películas como Casablanca, con un final menos poético pero mucho más realista: la guerra no es terreno propicio para el pragmatismo solidario norteamericano, como el de Bogart en Casablanca, ni el patriotismo francés, como el de Víctor Laszo de Casablanca. Es todo menos eso: tiempo de sobrevivir a toda costa, incluso al precio de la delación. El Buen Alemán es la nueva película del tandem George Clooney-Steven Soderbergh (interpretada por el primero y dirigida por el último). Su principal característica es el intento de recrear el cine clásico, de los años 40 y 50, con una historia de espionaje y romanticismo, y un argumento más que lineal...sin flashbacks, aunque es interesante como cambia la historia en función de quien la cuenta. Es decir, todo muy clásico. Técnicamente es impecable: todo está muy bien recreado, los decorados (Berlín en ruinas), la ropa de los personajes, da la sensación de estar ante una película de las de antes, con el añadido de actores actuales, y los personajes probablemente no sean tan planos como lo de aquella época, sino que son simplemente supervivientes, muchos de ellos de moralidad más que discutible. La crítica ha acogido "El Buen Alemán" de forma discreta. Sin embargo, hay que preguntarse: ¿de haberse hecho ésta película en aquella época, que valor tendría ahora? Para mí, sería una notable película, y sería un clásico. Todo lo que se le critica, la búsqueda de la perfección técnica, el formalismo por encima de la historia, tiene en gran medida como razón de ser el excesivo purismo de los críticos, ya que intentar copiar obras maestras como "El Tercer Hombre" y "Casablanca",, y eso es... ¡un enorme sacrilegio!. Personalmente, fui al cine con escepticismo, precisamente por las críticas, pero disfruté mucho, el guión me encantó, la banda sonora también, y las actuaciones son muy buenas, en especial la de Cate Blanchett. Además, ver a Spiderman comportándose como un cerdo tiene su gracia. El final, aunque no lo voy a contar, es un homenaje a "Casablanca", y no tiene desperdicio.

 

 

 

Soderbergh en el terreno comercial hollywoodiense quiere decir que es bueno, hace un Ocean's y luego otro y luego otro tiene a los productores contentos. Así que entre medias saca obras excepcionales de toda la vida y el más difícil todavía, un film de cine negro en 2006. Y se permite referencias clarísimas a "Casablanca", como Clooney bebiendo en la barra sorprendido por haberse reencontrado con su antiguo amor en Berlín o ese más que evidente final del que no diré nada. "El buen alemán" tiene en común con "El sueño eterno" por ejemplo en que a lo largo del metraje las investigaciones no paran ni un momento, el ritmo es trepidante y si no se tiene las antenas desplegadas entre tanta información y cambio de planes se corre el riesgo de descolgarse. El film corre el riesgo externo también de que la gente y porqué no, parte de la crítica, se queden solo con la capa de fuera, con el hecho en sí de que a día de hoy es un film en blanco y negro y retoma un género al que probablemente la mayoría de los espectadores posibles del film no estén acostumbrados. Y hay que fijarse en el interior sin duda, hay que dejarse embadurnar de la fascinación que provoca volver a las leyes del cine negro, a deleitarse con la bellísima partitura de Thomas Newman, a sorprenderse en definitiva. Hasta Clooney realiza una buena interpretación, como Blanchett y Maguire, quien me iba a decir que gracias a esa película y secuelas y a otros éxitos comerciales de Soderbergh el director tendría tanta presencia y poder como para hacer lo que le diera la gana hasta este punto en el que acierta. Estamos ante una buena película, sin duda, aunque molesta tener la sensación de haberla visto antes, incluso haberla visto decenas de veces. Soderbergh añora el cine negro que se hacía en los años 40 y 50 y, con este film, le rinde homenaje. Pero no es suficiente con hacer prácticamente una copia, tendría que haber innovado en algún aspecto. De todas maneras, la fotografía en blanco y negro es espléndida, las interpretaciones de Clooney, Blanchett y Maguire brillantes, y los planos que nos ofrece son de una belleza admirable.  Aunque parezca un experimento lo lleva a cabo como un fanático del cine y realizado a base de rendirse ante películas como Casablanca. En definitiva... una buena película para ver. Homenaje y experimento, sí; pero también un gran film, que se disfruta y se vive y se siente. Como todas y en especial esas buenas películas clásicas a las que homenajea. Hay un estudio concienzudo del mejor cine clásico en este "Buen alemán" y una voluntad admirable por beber de esa fuente para construir algo nuevo y romper con la vulgaridad, la comercialidad y tendencia a la repetición que amenaza al cine contemporáneo.

 

 

 

 

 

Soderbergh se sabe la lección de memoria y llena su película de planos, situaciones, guiños y recursos que harán las delicias de los que amamos ese cine que huele a canciones lentas lentas y viejas sonando a lo lejos. La mujer fatal, el hombre desengañado y peleado con el mundo, el cínico, el amigo distanciado, el traidor, y por supuesto el asesino, ninguno de los invitados ha fallado a la cita. Cine de nuestra infancia que debería ser de todas las infancias. Pero no es verdad, en mi modesta opinión, y digan lo que digan los críticos, que sólo haya formalismo y experimentación. ¿Sentimientos cero?. No es eso lo que yo siento. Es difícil sentir eso con Cate Blanchett llenando la pantalla de esa forma. Excepcional trabajo, recreando el mito de la mujer fatal pero imprimiéndole nuevo carácter, más dolor. Quizá también más miseria moral, y más distancia, y Blanchett se come la pantalla. La historia se mueve en el terreno fronterizo de dos mundos y dos épocas. El nazismo muerto pero no enterrado, con sus asesinos vendiéndose al mejor postor. Salvar el culo a cambio de un indiscutible talento criminal al servicio de la nueva máquina de matar de la guerra fría. Y el comienzo de la lucha entre la burocracia estalinista, y sus manos manchadas de sangre proletaria, y el imperialismo yanqui por hacerse con el nº 1 en el nuevo ranking mundial de cadáveres y guerras ganadas, perdidas o empatadas. Soderbergh y su guionista, Attanasio, utilizan muchos de los mismos elementos que tan bien sabían emplear esas películas a las que rinden homenaje e incluso introducen algunos nuevos. El resultado, sin llegar a la altura de las mejores de esas obras, alcanza un buen nivel. Mantiene el interés por una trama a veces demasiado dispersa y nos mete dentro de la historia. ¿Qué quieren que les diga? Yo sí siento, calor y frío, odio y amor, en Blanchett. Amor también, duda, frustración, rabia, solidaridad con Clooney. Traición, cinismo, engaño; muerte, rondando siempre. El monstruo de un mundo en el que nada es lo que parece y los seres humanos sólo somos peones en el juego mortal de poder, beneficios, hegemonía, de los que manejan todo. Un monstruo que existe desde hace siglos y que hoy, con su nueva y reluciente careta global y unipolar, sigue amargándonos la vida..

 

 

 

 

El duo Soderbergh-Clooney continua dando sus frutos. En esta ocasión, el cineasta dirige un thriller de corte negro ambientado en Berlín, al inicio de la posguerra de la Segunda Guerra Mundial. Técnicamente la película es sublime, tanto en decorados como en iluminación, entremezclando imágenes ficticias con reales para dar una mayor sensación de época al espectador, de ahí que el film esté rodado en blanco y negro. Sin embargo el guión está plagado de reminiscencias a grandes películas como "El tercer hombre" o "Casablanca". En cuanto a los actores, hay que quitarse el sombrero ante la elegante interpretación de Cate Blanchett, en un rol que combina hábilmente el tipo de mujer fatal con el de gran diva de los años 40. George Clooney está más que correcto en el papel de protagonista masculino, pero uno no deja de recordar al gran Humphrey Bogart por las reminiscencias antes comentadas. Quien sí falla  es Tobey Maguire en un personajes secundario que habría dado mucho juego con un actor como Joaquín Phoenix, pero Maguire es uno de esos jóvenes actores tan sobrevalorados hoy en día, que realmente no da el tipo para encarnar a un soldado con dos caras, es decir, el clásico timador que trata de sacar provecho de las circunstancias posbélicas. Si bien "El buen alemán", es un buen film, filmado con sobriedad y que no llega a hacerse pesado, por lo que es un relato, es recomendable. Se ha acusado mucho a este interesante filme de ser únicamente un ejercicio de estilo, y bajo mi punto de vista era uno de los objetivos del director, pero no obstante no el único. Lo que queda claro es que sabe de cine, tiene un excelente departamento de documentación y también un excelente gusto. Al ver la película en muchos momentos si que llegamos a trasladarnos a un viejo cine del viejo cine de hollywood, gracias ante todo a su cámara, que encuentra sus mejores momentos en los homenajes a grandes clásicos, pero también a su truculento guión, lleno de giros, como eran los de la época. En este sentido El buen Alemán es a las viejas historias de amor épicas y negras como La dalia negra que fue una película detectivescas del viejo hollywood. Pero si hay algo que destaca entre toda la película es Cate Blanchet, que va creciendo como actriz película tras película no sólo por su calidad sino por su magia y elegancia, por lo que evidentemente este papel le venía como anillo al dedo, por la tortuosidad y glamour que transmite. La película en sí es recomendable para todo aquel a quién le gusta ser sorprendido en la sala de cine, así como para todo aquél que desee volver a ese cine clásico, por lo que no tendría en teoría que tener dificultades para satisfacer al público.

 

 

 

 

Quisiera no equivocarme cuando apuesto por Soderbergh, porque es uno de los directores que en mi opinión, saben que la evolución del séptimo arte no solo depende de un buen guión, elenco, producción, y todos los recursos técnicos a su disposición. Cuando lo hago es porque su dimensión como director no puede quedarse en una técnica impecable, un montaje rompedor y una profesionalidad sobradamente comprobada. Apuesto porque creo en la autenticidad de este director, que intuyo lucha por liberarse de una superficialidad que domina perfectamente para intentar acercarse a un lenguaje cinematográfico propio. Y aunque son muchas las caras que muestra, en un gran cocktail de influencias de los grandes iconos, creo que "El buen alemán" me ha demostrado que tengo un buen aval. Por más que el aterciopelado blanco y negro acaricie mis pupilas, o las sorprenda en un contraluz quemado, digno del mejor Welles, me resulta imposible suavizar esas sensaciones sin librarme de la visión terrible de la guerra, de su suciedad, de su falta de escrúpulo. A diferencia de los films de antaño, esta versión no se corta ni un pelo en mostrar un aspecto humano absolutamente desolador, desde las primeras escenas, como la penetración hastiada y totalmente exenta de amor por Blanchett de nuestro justiciero, hasta un Clooney que despierta ternura por su comportamiento. El ejercicio de Shoderbergh es digno y caleidóscopico. Emplea una estética que nos recuerda un pasado engañosamente entrañable, y al mismo tiempo y de forma subliminal, no duda en ponerlo en tela de juicio. Mide artesanalmente cada uno de los planos, preguntándonos con sarcasmo si todavía andamos absortos en la creencia de que todo tiempo pasado fue mejor, si realmente creemos que el personaje que encarna Clooney pudo existir, si la hermosa alemana es digna de ser amada después de conseguir salvar el pellejo a costa de unas cuantas vidas, si toda la comandancia estadounidense no era más que una banda de oportunistas, como lo es cualquiera en un estado de caos semejante. Los focos extrañamente intensos de la última despedida en el aeropuerto me despejaron dudas acerca del artificio, está claro que si Soderbergh quiere un truco, lo consigue, y creo que esa puesta en escena, de luz forzada, es el guiño definitivo, el homenaje a los grandes maestros del pasado y la caricatura de una época, sólo que en este caso no es necesario inventar héroes, malos ni buenos. Creo que Soderbergh a experimentado con algo más que la recuperación de una estética.., eso si, con toda la elegancia de su estilo arrogante y arriesgado. George Clooney y Steven Soderbergh, una terraza desde la que se divisa medio Hollywood, una botella de whisky, y el libro de Joseph Kanon, El Buen Alemán en la mesa. Dos amigos, una idea, una locura. Porque no dar una vuelta de tuerca al cine actual, y rodar una película contemporánea cómo si fuera un clásico de cine negro, sobre la que flotaran constantemente tres espíritus: el de Orson Welles, el de Carol Reed y el de Bogart. Porque seamos sinceros, el encasillamiento no es bueno. No se puede estar toda la vida haciendo lo mismo: paranoias, cine político y películas comerciales (ambos, juntos o por separado). Y ya que el dinero entra a espuertas gracias a la franquicia Ocean, porque no rodar un filme sencillo, pequeñito, casi familiar, melancólico (como el rostro de George Clooney en el inmenso primerísimo primer plano de Michael Clayton... Son dos grandes del cine de hoy.

 

 

 

Steven Soderbergh se arriesga y gana. La apuesta formal se rebela como un éxito sin paliativos. El mismo guión, el mismo reparto, la misma dirección hubieran dado un resultado muy diferente de no haber contado con esa maravillosa fotografía en blanco y negro y sobre todo con la partitura de Thomas Newman. Menuda banda sonora, ssencillamente tremenda, cuanta sabiduría musical y amor por los clásicos palpita por debajo de las notas. Pero El Buen Alemán, si algo no es, es un bonito envoltorio. Estamos ante una obra profunda, meditada, consciente de su propia oscuridad y de lo descorazonador del mensaje que busca transmitir: la imperfección del hombre termina por generar una serie de horrores a los cuales solo se puede sobrevivir cometiendo pecados aún mayores, lo cual lleva a una eterna cadena de fatalidad, y es justo en este momento cuando hace acto de presencia un cuarto espíritu, mucho menos evidente: Luchino Visconti. Y es que El Buen Alemán hace con la posguerra de la II Guerra Mundial lo que La Caída de los Dioses hacía con el nazismo, eso sí, con mucha menos negrura y voracidad depredadora. La película en conjunto queda atrás de otros films realizados por Steven Soderbergh como "Traffic" o "Erin Brockovich", pero aun así "El buen alemán" es una buena película que narra una historia que convence y que engancha desde el principio. Lo más destacable de toda la película es la impresionante fotografía y ambientación. Todo está cuidado al mínimo detalle, y en este aspecto a la película le doy una matrícula de honor. Mientras van avanzando los minutos, el espectador parace que está viendo una película de los años 40 pero con actores del siglo XXI. Es fantástico el tratamiento del color en blanco y negro que le han hecho a la cinta. Recuerda a esas películas clásicas al estilo "El tercer hombre", donde el juego de sombras con luz era primordial. Creo que esto es lo mas destacable de la película y por eso mi nota en cierto modo sube.Con respecto a las interpretaciones, tanto George Clooney como Cate Blanchet están muy bien y ambos salvan bien su trabajo. No obstante, Tobey Maguire en este caso está en cierto modo sobreactuado, y no llego a creerme muy bien su interpretación. Pero salvando todos estos detalles, la película creo que tiene una gran realización y que merece la pena el verla. Llegar al mejor restaurante del país, con una inmejorable compañía, una gran mesa ornamentada y de inmejorable ubicación, los platos de una presentación sublime te invitan a probar bocado y entonces... La comida esta fría. Exactamente esa es la sensación de la película del bueno de Soderbergh, un director que experimenta, a veces demasiado, que propone desafíos constantes a Hollywood, a veces resulta vencedor como en el Buen alemán.

 

 

 

 

Lo mejor, la estética visual del film nos traslada realmente a los años 40 desolados por la guerra, bella fotografía de Berlín destruido. Homenajes constantes en los planos al mejor cine negro. Hay películas que están pensadas para impactar desde su misma concepción. "El Buen Alemán" es un caso claro. Ese sabor a cine negro clásico, el reparto plagado de estrellas y secundarios eficaces, la fotografía llena de sombras, la banda sonora, la conseguida ambientación, un ritmo y sobre todo un guión que es caballo ganador, por contar una historia interesante y desarrollarla estupendamente. De hecho, todo queda incluso demasiado en su sitio, casi por momentos demasiado académico, a veces da la sensación de ser poco natural, de estar todo mascado. Quizá pudiera haberla llevado a alturas mayores, pero qué demonios, la cosa sale razonablemente bien parada, lo cual no es poco en los sombríos tiempos que corren para el Séptimo Arte. El escenario, claro, ayuda. La Europa inmediatamente posterior al final de la II Guerra Mundial nos ha dado grandísimas peliculas en el pasado ("Alemania, Año Cero", "¿Vencedores o Vencidos?" y, por supuesto, "El Tercer Hombre", cuya influencia en la que nos ocupa es tan evidente que hasta queda ramplón comentarlo), y aunque "El Buen Alemán" queda lejos de obras maestras de ese calibre, al menos no desaprovecha la ambientación. La ambigüedad moral de las potencias vencedoras, la obligación de sobrevivir de los derrotados (y de todos los individuos en general), la red de medias verdades con la que los ganadores van reconstruyendo la historia (como ha sucedido en toda guerra desde el principio de los tiempos) y que en buena medida dura hasta hoy, la devastación material y espiritual, la vergüenza de un pueblo que en un porcentaje importante participó (entusiasta o forzadamente) de la barbarie nazi... Todo ello queda también reflejado en "El Buen Alemán" como lo hacía en los mencionados clásicos.

 

 

 

La música de Thomas Newman, la fotografía del propio Soderbergh, que en los créditos figura como Peter Andrews, las interpretaciones de Clooney y Blanchett, la historia basada en la novela de Joseph Kanon son francamente fascinantes. La escena final en la que contrasta el ambiente festivo con el drama que se está desarrollando y que concluye con la muerte del matrimonio Brandt. Un final un tanto amargo, pero supongo que muy convincente y realista. La posguerra fue puro teatro, los juicios de Nuremberg también. Es cierto que deberían haber procesado a media Alemania, pero también a medio Japón. Pero no sólo entre las fuerzas de los Axis, si hubieran tenido un poco de vergüenza se hubieran investigado los crímenes contra la humanidad que cometieron los aliados, no únicamente los soviéticos, sino también los norteamericanos e ingleses en bombardeos indiscriminados contra la población civil. Por no hablar de la represión francesa tras la caída de Pétain. Quien más y quien menos tenía mierda hasta el cuello por lo que se montó y se dejó estar, pensando más en el hoy que en el ayer. Eso es más o menos lo que viene a contarnos Soderbergh en la excelente “El buen alemán”, pero con una diferencia, mientras alemanes y soviéticos son presentados como el mal en sí mismos, el pecado de los americanos es aprovecharse de ese mal para lograr científicos. Es decir, es un mal secundario. Cuestión que no es justa ni cierta. Centrándonos en la película, sorprende la actuación de Cate Blanchett, siendo George Clooney y algunos los que logran aguantar el tirón.

 

Excelente fotografía sacada del pasado y magnífica reconstrucción de un Berlín al que los buitres de las potencias se disputaban.

 

Una obra interesante, mucho más de lo que se dice pero mucho menos de lo que seguramente pretendía Steven Soderbergh cuando la concibió y ahi queda como muestra de film de culto.

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